Repetidamente me decía mi abuela “un tiempo
para cada cosa”. Ahora es tiempo de
vacaciones, un tiempo de descanso y ¿de que estamos cansados? Quizá de no hacer
aquellas cosas que amamos?...
Es tiempo para escucharnos en el descanso, es tiempo de reconocernos en el disfrutar, es tiempo para volver a creer en nosotros mismos con nuestras diferencias únicas. El tiempo de vacaciones es una oportunidad aparente de descanso para no descansar en intentar con alegría nuestros propósitos de vida, nuestros sueños del corazón. Este tiempo supone un reencuentro profundo e íntimo para recuperar la fuerza imperturbable que habita en nosotros. Nos invita a utilizarlo "egoístamente" potenciando nuestras cualidades sin caer en las trampas de: para que sirve tal esfuerzo sino no hay futuro, para que luchar si no soy lo suficientemente bueno, para que si no sé si habrá salida…. Solo son frases creadas desde el miedo y la rendición, solo son meras trampas para no creer en ellas, somos nosotros los que tenemos en nuestras manos crear nuestra vida tal cual la sentimos. No tal cual la deseamos, son cosas distintas, la primera nos aporta calma, seguridad y alegría, la segunda tan solo tensión, exigencia y vacío.
El tiempo de vacaciones nos permite
aprovecharlo al máximo antes de que la sociedad nos engulla en su mecanismo
negativo e inquietante. Los intereses privados arrasan las redes, las noticias,
toda la información nos llega envuelta en mensajes subliminales que están
diseñados para generar miedo. Por lo tanto, ahora más que nunca, es tiempo de
volcar nuestras cualidades encima de la mesa, sentirlas, creer en ellas y
usarlas por encima de esquemas externos y patrones dominados por el miedo.
Nuestra fuerza reside en creer, creer en nosotros mismos, dentro y fuera, creer
en nuestro propósito de vida y apostar por él. Desde luego no hay que hacerlo
desde la razón, la lógica y el sentido común como muchos dicen, este sentido,
es el menos usual y desde luego como es general no nos sirve, tan solo el
nuestro es el sentido que debemos escuchar.
Es tiempo para apostar por la vida, en
vacaciones y después de ellas, con nuestras especiales cualidades por bandera,
disfrutarlas mostrándolas creativa y confiadamente. Todos tenemos un lugar en
la vida que nos pertenece por derecho propio, se nos olvida con frecuencia y
nadie nos lo recuerda, por eso hoy os lo recuerdo: por muchos seres que existan
en este planeta tenemos un lugar único, que nos permite ser conscientes de la
vida, de nuestra vida en concreto, encontrando la sonrisa, descubriendo en cada
paso el significado y el sentido que ella encierra para cada uno de nosotros.
Hoy nuestro tiempo lo podemos conducir y
utilizar para no rendirnos, sin desperdiciar ni un segundo razonando,
enjuiciando o mucho menos criticando. Sería un tiempo perdido de antemano y
totalmente perjudicial para nuestro bienestar.
Por lo tanto no desperdicies estos días de
vacaciones que la vida os ofrece de mil formas y circunstancias diferentes, no
os evadáis, no os quejéis, no añoréis lo que no tenéis, disfrutad de ellas como
en un entreno consciente para reencontraros y empezar a creer en vosotros
mismos.
Si así lo hacéis encontraréis vuestro especial
lugar en la vida y no sentiréis la necesidad de esperar que lleguen las vacaciones
porque cada día haciendo lo que amáis serán mini-vacaciones diarias.