martes, 31 de diciembre de 2013

Un nuevo año 2014


El nuevo año 2014 nos invita a escucharnos para poder penetrar en nuestro silencio interior.

365 días especiales como especiales son nuestros caminos. 12 meses para dar forma a una nueva etapa en nuestras vidas. 2014, un 1 para empezar el nuevo año conscientemente, un 2 para aprovechar las experiencias del año vivido y un 4 como toma de tierra en nuestro presente para poder arreglar lo que esté pendiente. 

Un total que suma 7 como insinuación y recordatorio de apoyo, refuerzo y comprensión necesaria. No debemos olvidarnos de buscar en cada paso lo que realmente nos lleve hacía nuestro reencuentro espiritual, hacia nuestro destino, aquel al que nos comprometimos al nacer. Aquel que nos permite la serenidad y la calma de comprender el sentido de la vida, la nuestra. 

Un año para ser más conscientes internamente y permanecer presentes en nuestras vidas cotidianas, todo un reto para ser consecuentes y no dejarse arrastrar por los tiempos revueltos en que vivimos. Ante la incertidumbre social  debemos buscar comprensión y fuerza en nuestro corazón, única certeza y salida para no errar en nuestro especial camino y destino.

Un corazón que debemos escuchar ya que encierra en él la Luz y la ayuda invisible, siempre dispuesta a permanecer a nuestro lado, no solo para protegernos sino para instruirnos o si fuese el caso para sanarnos.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Importancia del Arte en la sociedad


Este final de año me trae sorpresas muy agradables dentro del arte.

Apartada de las galerías, apartada del mundo artístico profesional o social desde ha ya 20 años he ido caminado y aprendiendo a vivir el instante diario de forma creativa. A lo largo de toda mi vida siempre han surgido pequeños momentos creativos, aparentemente accidentales, que han marcado de forma especial el rumbo de mis decisiones profundas: los colores, algunos versos, la música, algunas esculturas, compromisos…


Hoy, de nuevo la vida me recuerda a través de circunstancias y momentos casuales los compromisos que adquirí ya desde niña y que nunca olvidé y no debo olvidar.


Uno de esos momentos especiales que la vida me ha ofrecido a través de la prensa de estos días es la noticia de que Perico Pastor ha pintado unas grandes telas para la capilla de San Justo y Pastor. No las he podido ir a visitar todavía ya que hasta principios de año no se podrán admirar. En mi espera he podido disfrutar de una exposición de Perico que me lleva de nuevo a la fuerza del color, color que define su pintura y que siempre me impulsa a seguir. Color que guía mi vida y que debo seguir experimentando y sintiendo.


La segunda alegría ha sido leer la noticia del reconocimiento que se le hace aquí en España a Jaume Plensa, escultor y artista que busca siempre la forma para mostrar la belleza. Se le ha concedido el premio Velázquez de las artes en reconocimiento por su renovación en el lenguaje plástico de la escultura integrando poesía y autenticidad. Y me alegro porque las esculturas de Plensa, poesía interior deslizándose por el hierro de sus esculturas me mostraron, en un momento difícil de mi vida, la fuerza de mi camino. Me permitieron despertar y tomar conciencia de que  debía de ser yo misma las 24 horas del día sin claudicaciones ni concesiones. Reafirmo su frase “La cultura es el alimento para el cuerpo y el alma”.


Estas noticias ratifican mi sentir de la importancia del arte en la sociedad aportando valores que parecen estar perdidos y, una vez más, me permiten sentir que merece la pena seguir viviendo desde la sinceridad y honestidad más allá de buscar reconocimientos externos. Me impulsan a seguir adelante en la búsqueda interior a pesar de las dificultades momentáneas que la vida nos depara, como una oportunidad única, para seguir aprendiendo a ser auténticos.