viernes, 13 de diciembre de 2013

Importancia del Arte en la sociedad


Este final de año me trae sorpresas muy agradables dentro del arte.

Apartada de las galerías, apartada del mundo artístico profesional o social desde ha ya 20 años he ido caminado y aprendiendo a vivir el instante diario de forma creativa. A lo largo de toda mi vida siempre han surgido pequeños momentos creativos, aparentemente accidentales, que han marcado de forma especial el rumbo de mis decisiones profundas: los colores, algunos versos, la música, algunas esculturas, compromisos…


Hoy, de nuevo la vida me recuerda a través de circunstancias y momentos casuales los compromisos que adquirí ya desde niña y que nunca olvidé y no debo olvidar.


Uno de esos momentos especiales que la vida me ha ofrecido a través de la prensa de estos días es la noticia de que Perico Pastor ha pintado unas grandes telas para la capilla de San Justo y Pastor. No las he podido ir a visitar todavía ya que hasta principios de año no se podrán admirar. En mi espera he podido disfrutar de una exposición de Perico que me lleva de nuevo a la fuerza del color, color que define su pintura y que siempre me impulsa a seguir. Color que guía mi vida y que debo seguir experimentando y sintiendo.


La segunda alegría ha sido leer la noticia del reconocimiento que se le hace aquí en España a Jaume Plensa, escultor y artista que busca siempre la forma para mostrar la belleza. Se le ha concedido el premio Velázquez de las artes en reconocimiento por su renovación en el lenguaje plástico de la escultura integrando poesía y autenticidad. Y me alegro porque las esculturas de Plensa, poesía interior deslizándose por el hierro de sus esculturas me mostraron, en un momento difícil de mi vida, la fuerza de mi camino. Me permitieron despertar y tomar conciencia de que  debía de ser yo misma las 24 horas del día sin claudicaciones ni concesiones. Reafirmo su frase “La cultura es el alimento para el cuerpo y el alma”.


Estas noticias ratifican mi sentir de la importancia del arte en la sociedad aportando valores que parecen estar perdidos y, una vez más, me permiten sentir que merece la pena seguir viviendo desde la sinceridad y honestidad más allá de buscar reconocimientos externos. Me impulsan a seguir adelante en la búsqueda interior a pesar de las dificultades momentáneas que la vida nos depara, como una oportunidad única, para seguir aprendiendo a ser auténticos.