jueves, 28 de noviembre de 2013

Dona i Poder



Exposición fotográfica "Matriarcats" Anna Boyé
 
Este lunes, día 25 de noviembre, precisamente el Día Internacional dedicado a la erradicación de la violencia de género pude participar del encuentro que se celebró en el Parlament de Catalunya donde nos reunimos un gran número de mujeres de diferentes ámbitos para escuchar, compartir y seguir avanzando en el camino de ser mujeres auténticas.

Un encuentro en el seguimiento del tema propuesto por la Presidenta del Parlament de Catalunya la M.H. Sra. Nuria de Gispert i Català y coordinado por la Sra. Anna Mercadè para conseguir logros en el proceso de participación de la mujer en el ámbito ciudadano, “ Dona i Poder”.

Grandes luchas, grandes logros, grandes esfuerzos… Grandes mujeres juntas en sus experiencias personales y profesionales. Y la pregunta que me surgía a lo largo de escuchar sus reflexiones y conclusiones era ¿esta vez se conseguirán logros sociales y políticos? o ¿el camino en lograr la igualdad de derechos seguirá siendo individual y muchas veces en solitario o silenciado?.

Una vez más escuchamos que las conclusiones en los lentos logros conseguidos no solo eran por estereotipos, prejuicios o estructuras sociales, también estaban en la actitud de rendición o de falta de autoestima de la propia mujer.  Mi sentir hondo me repetía una y otra vez que los resultados no son tan buenos como deberían ser porque la mujer calla, la mujer tiene miedo, la mujer siente culpa, la mujer se rinde, la mujer no se escucha ni se respeta lo suficiente. La mujer sigue todavía patrones aprendidos y no se atreve a romper estructuras y, cuando se atreve, muchas, muchísimas veces tampoco está apoyada e incluso acaba perdiendo la vida.

No podía faltar en un día tan señalado con, ya 45 mujeres fallecidas este año por violencia de género, la publicación increíblemente absurda, por no decir otra cosa,  del libro “Cásate y se sumisa” que la Diócesis de Granada se ha encargado de editar.

Y siento con mucha fuerza que no basta con denunciar, criticar, juzgar… mejor dicho, sirve de poco, reconocer una y otra vez datos de cuál es nuestra realidad. Creo que de una vez por todas, los cambios que estamos sufriendo nos permiten romper el silencio, atrevernos a ser nosotras mismas al 100% y eso no implica ni callar, ni transigir, ni claudicar, ni sufrir, ni esconderse, ni vivir sola, ni, ni, ni, ni… Tan solo es necesario que queramos “queriendo”, es decir, haciendo, es decir, cambiando, rompiendo los esquemas aprendidos de muchas generaciones. Podemos recordar a verdaderas mujeres que lo hicieron y nos abrieron puertas, ahora tan solo hemos de reconciliarnos, dejar atrás pasados difíciles para ser sinceras y estar dispuestas a mostrarnos tal cual somos trabajando en equipo.

Estuve visitando la exposición “Matriarcats” de la antropóloga y fotógrafa Anna Boyé que ha presentado este mes de noviembre en Can Fabra. Sería interesante visitar su blog. blog.annaboye.com

Fotografías, imágenes y palabras que expresan el valor del apoyo, la fuerza y el valor de las mujeres de algunas comunidades en Méjico, Guinea Bissau y Llac Lugu, respetadas y valoradas por los hombres.

Siempre acabo diciendo que aunque parezca un camino difícil, aunque nos sintamos desprotegidas o incomprendidas muchas veces y aunque no encontremos los apoyos que nos gustaría tener, la vida siempre nos pone delante las personas adecuadas para lograr ese cambio y disfrutar de ser mujeres sabiendo que no somos iguales a los hombres porque somos totalmente diferentes. Pero no debemos olvidar que somos complementarios y necesarios en el proceso evolutivo. Y por lo tanto debemos aprender a olvidar el pasado mientras avanzamos humilde y perseverantemente intentando ser mujeres autenticas, valientes, con voz las 24 horas del día, cada día y siempre.