viernes, 27 de junio de 2014

Limitamos lo que no tiene límite


                 Veo o no veo
Antes o después
Ayer o mañana
Aquí o allí

Dentro o fuera

Pronto o tarde
     Cerca o lejos


Siempre o nunca
………………………………
 !!!!!! NADA y TODO ¡¡¡¡¡¡

   Y… ¿Qué tal? Ahora

Hablamos de lo mismo y, sin querer, limitamos lo que no tiene límite.

Sin ser conscientes atrapamos la libertad de la unión, la fusión de todo lo  creado, la esencia misma de la que estamos hechos, a la que pertenecemos. Y ahí nos perdemos alejándonos encerrados entre límites, conceptos, creencias, hábitos y emociones.

Amar no tiene límites, la Conciencia tampoco, el tiempo menos ya que solo existe el eterno presente, y… ¿el discernimiento, el silencio, la inocencia tienen límite?… NO, no lo tienen.

Nuestra mente puede llegar más lejos del límite en el que nos dejamos someter por ella, los pensamientos pueden detenerse y atreverse a escuchar el silencio, pueden atravesar conceptos y creencias descubriendo un nuevo mundo con nuevas sensaciones y palabras. Palabras necesariamente mudas hasta que las emociones y hábitos hayan logrado la libertad  de la inocencia, el perdón y el agradecimiento.

Entonces, las sensaciones nuevas, mudas de palabras aun, podrán expresarse con nuevos matices, colores y formas. Una visión interna podrá manifestarse y el artista debe, “tiene la responsabilidad”, de liberar su mente y sus emociones de límites para poder mostrar en su lenguaje propio, uno Nuevo. Un TODO, en todo lo cercano, como toma de conciencia para aquel que todavía no es capaz de ver, oír y expresar desde la consciencia. Para aquellos que buscan despertar del sueño que los limita y logren sentir la verdadera libertad.

Sri Aurobindo dice, “Si el poder de pensar es muy poderoso, más poderoso es el poder de no pensar”.

Probarlo es una buena y bonita experiencia, probablemente después sientas  y quieras que sea imprescindible en tu intento diario de caminar consciente.

viernes, 20 de junio de 2014

Internet

¿Cuántas veces visitas Internet?

Aun sin querer nos encontramos conectados ya sea por usar el correo electrónico o por necesitar información sobre algo en particular.
¿Cuántas veces nos aseguramos de que la información es verídica? ¿Todo lo escrito que encontramos está bien?

¿Cómo podemos saber que las fuentes en las que están basadas las informaciones que nos bombardean son correctas?, ¿son neutrales y ciertas?
Ayer, justo cuando acababa de entrar en nuestro correo la información de “una especial gimnasia o ejercicios abdominales hipopresivos” como garantía para lograr un vientre perfecto en estas vacaciones y, publicada en una revista conocida, entraba por la puerta del centro una muy buena profesional conocedora del cuerpo humano, Susana Escalera. Le pregunté qué opinaba y os transmito su mensaje:

Como muchos otros temas en la vida, cuando aparece algo novedoso, lo muestran como si fuese lo mejor y, éste mejor, “suele ser solo a nivel estético”. Con los ejercicios de abdominales hipopresivos, se habla de las personas que no lo pueden realizar como hipertensos y embarazadas y, por supuesto, de los beneficios que aportan. Pero ¿nos hemos parado a pensar si los órganos internos (hígado, estomago, bazo, páncreas, riñones, intestinos) se perjudican???? Sí, queda un vientre plano pero… ¿qué les ocurre a nuestros órganos internos con las apneas???????? Se habla de la apariencia externa, y porque no se habla del proceso interno del cuerpo????
Meditémoslo antes de probarlo. Susana Escalera Martí

Al conectar y buscar en Internet es indispensable reflexionar ante lo que nos explican, es bueno contrastarlo, y sobre todo hay que sentirlo. No todo está bien documentado, no todo es imparcial, no todo nos sirve a todos, no todo es necesario, no todo es profesional, no todo vale la pena, no todo…… 
Y nos preguntamos ¿Qué sería necesario para no dejarse influenciar por mensajes maquillados con intereses concretos?, o ¿simplemente descritos desde la voluntad de ayudar a todo el mundo?
Escucharse y permanecer en silencio mental, cada día es más necesario y recomendable. Practicarlo y ser perseverante es necesario para lograrlo y con esa actitud la vida te llevará por el camino adecuado que debas recorrer, sin caer en tropiezos innecesarios.


Podemos elegir y debemos elegir la dirección de nuestros pasos con sabiduría y ésta, solo se encuentra en el silencio mental donde se encuentra nuestra consciencia.

miércoles, 11 de junio de 2014

Inundémonos de belleza


Mis manos guardan el aplauso contagioso de los cientos de espectadores que disfrutamos de la danza y la música hace unos días en el teatro Tívoli de Barcelona, se contagiaron de tal entusiasmo y alegría que siguen vivas y con mayor fuerza expresiva. Realmente sentir, ver, compartir… la belleza de la creación, la fuerza de la acción adecuada, la vibración intensa del movimiento de los bailarines, el color luminoso, su mirada y gesto junto con los sonidos en acción-movimiento de los músicos, fue hermoso. La música unida y fundida con la danza en una misma respiración-ritmo-belleza. Los sonidos profundos, intensos, vibrantes, suaves, delicados y alegres se unieron al movimiento armonioso del sentir de los bailarines. Toda una sorpresa de interacción nueva en el espectáculo de la danza, sinergia que demuestra el talento de personas y equipos que trabajan día a día con ganas, ilusión y profesionalidad arriesgándose en entregar lo mejor de ellos en cada segundo. Irrepetible y digno de verse, una pena que sea una despedida.


Hace unos días escribía que pena lo poco que se cuida y se respeta la cultura, en este país al que pertenezco y que a veces me entristece. Una vez más, veremos alejarse a jóvenes artistas mundialmente reconocidos  para seguir sus caminos creativos e innovadores enriqueciendo la cultura en otros países. Ángel Corella nos ofreció un espectáculo digno del mejor país, digno de una cultura radiante de creatividad y novedad, es un creador nato igual que el músico Ara Malikían y “La Orquesta en el tejado”       atrevidos, alegres, y virtuosos que nos deleitaron dos horas haciendo brotar la sonrisa, la admiración el sentir hondo de que merece la pena seguir viviendo. Nos inundaron de poesía hasta el último poro, su complicidad, sus movimientos rítmicos y armoniosos, valientes y espontáneos… todo fue un regalo para recomendar y disfrutar.

“Inundémonos de belleza y el mundo cambiará” como artista y creadora es mi obligación encontrarla, sentirla y mostrarla, y mientras sigo adelante continuaré en el intento llenándome de la belleza de aquellos que no se rinden y se atreven a innovar.

martes, 3 de junio de 2014

Una tarde noche en la ópera



Mientras pinto o escribo  no puedo soportar escuchar ópera, necesito verla y sentirla y mientras  pinto o escribo solo necesito silencio para sentir.

¡Cómo me gusta disfrutar del Liceo e inundarme de sonido-belleza¡

Vivimos un momento social en el que la cultura, más que nunca, está difuminándose, perdiéndose entre quejas, disgustos y desalientos. Una cultura que a duras penas había sido cultivada, hoy se intenta desvanecer tristemente. Anoche estuve en la ópera y me reconforté al participar en un encuentro silencioso, un común aliento humano sin nombre ni datos unidos en el aplauso, el silencio y la belleza de la voz. Un abrazo común y desinteresado más allá de tejanos o joyas.



Desde luego no está todo perdido y me pregunté: en una ciudad tan grande como Barcelona ¿Cuántas personas no han estado nunca en el Liceo? Seguramente no lo han disfrutado ni lo valoran por desconocimiento, seguramente tienen conceptos cargados de ideas poco atractivas y escasas del verdadero interés cultural que el arte aporta, representa y repercute en cada uno de nosotros. ¿Cuántos liceos se tendrían que llenar diariamente para colmar el desaliento y desilusión?

Sin el arte la sociedad se embrutece, se pierde en lo puramente material se olvida de aquellos valores necesarios para seguir adelante, creer y atreverse a seguir siendo uno mismo más allá de dogmas y prohibiciones. Pensar, sentir y actuar sin miedo es peligroso creen los que mandan, sean de un bando o de otro. Siempre lo han medio prohibido o desprestigiado ya que interesa dominar a través del miedo y, el arte, nos permite volver a sentir que somos libres, libres de sentir y expresar la belleza, lo mejor de nosotros mismos. No interesa hablar de acciones hermosas, de impulsos creativos, de reacciones valientes y osadas, no se valoran las actitudes de respeto y atrevimiento en el trabajo diario, no interesa hoy ni ayer, aunque en los últimos años habíamos avanzado para poder lograrlo. Sí, sigue pareciendo que interesa bañar a la sociedad de miedo, inseguridad y necesidad de callar para sentirse más o menos seguros mientras te esfuerzas por resistir unas cargas que no son tuyas, unos errores que te confirman una y otra vez que son sus errores y que tu, “como buen ciudadano” has de rescatar y apoyar. Y ¿Por qué? Si nos han enseñado valores como responsabilidad, honestidad y sinceridad, mejor que cada uno asuma su propia carga y no la ajena. De nuestros errores y éxitos podemos aprender de los errores que no hemos cometido, no debemos  asumirlos o al menos no debemos dejarnos intimidar.

Ayer sentí el valor de la libertad compartida, expresada en aplausos y silencios de aquellos que seguimos adelante intentando no perdernos ni dejarnos bañar en el pesimismo, el miedo o la frustración. El arte sigue adelante su camino entre valoraciones ambiguas ya que los inicios de un siglo conllevan restos del anterior y podemos no rendirnos y podemos seguir manifestando que sí se puede ser libre y sí se puede vivir en la honestidad y sinceridad para mostrar belleza y hermosas propuestas.



Bajo el título "Valquiria" de Richard Wagner vienen impresas estas tres palabras: incesto, lucha, castigo. 

Realmente todo ello sucede pero hay más, habla del amor en muchísimos matices y aunque sí hay intolerancia, enfado, apariencias, intereses, venganzas, promesas... también expresan tolerancia y perdón profundo. A lo largo de las casi cinco horas expresan sentimientos y su lucha por defenderlos: osadía, firmeza, exigencia, honor, reconocimiento de culpa, engaños y expectativas truncadas, serenidad y respeto, obediencia al sentir hondo, valoración y respeto por lo que sienten otros, dignidad y aceptación.

Un sentir humano desgarrador y conmovedor para reflexionar.