La vida nos invita a fluir dejándonos llevar en la armonía de un ritmo adecuado a cada uno de nosotros. Cada persona tiene diferentes vibraciones y matices de color que ha de descubrir, aceptar y potenciar para no perderse en las pruebas que la vida le ofrece durante la experiencia que llamamos vida.
Los matices de color no son más que cascadas,
surtidores o chorritos de la fuente original de la luz. Fuente que nos permite
beber de ella y nos ofrece todos los colores, matices y tonalidades adecuadas a
cada uno de nosotros para poder reconfortarnos o saciarnos y seguir en el
camino de aprendizaje evolutivo.


Tener a nuestro alcance esa fuente-LUZ a través
de su color en sus millones de matices, tonalidades y vibraciones, nos permite
nutrirnos diariamente para evolucionar y discurrir por la vida, en armonía.