viernes, 14 de noviembre de 2014

Miradas de niño “Suport a la Lectura”



Sembrar sonrisas en miradas sinceras es gratificante, despertar imaginación entre colores y formas es sencillamente hermoso.
Llegar a los corazones inocentes de los niños con reflexiones profundas provoca una sonrisa reconfortante.
Observarlos y escucharlos en su maravillosa y vital diferenciación te llena de alegría e inocencia.


El mes de octubre me regala todos los años acciones creativas con niños entre 7 y 8 años, universos multicolores de sueños todavía vivos entre mil capacidades únicas aun por desarrollar. El Ayuntamiento de Barcelona a través del IMEB ha creado en estos últimos años un programa de “Suport a la Lectura” . Está creado para estimular la lectura como apoyo y refuerzo en colegios para que los niños puedan disfrutar al leer y aprender en su tiempo libre. Conocimientos que en una nueva generación darán sus frutos en adolescentes y adultos.
A esta edad todavía leen poco, quizá mucha informática, mucho juego digital, muchos libros visuales y hay que  acompañarlos en la lectura, para que sientan los cuentos maravillosos que hoy día se editan. Contarles cuentos desde la profundidad espiritual que estos encierran les permite comprender la vida en su totalidad, es hermoso y es necesario. Más allá de las apariencias se esconde un mensaje oculto, es el adulto el que ha de descifrarlo para trasmitírselo a los niños, y que ellos  lo capten, lo registren y no lo olviden.
Los niños se llenan de todo y de todos porque están abiertos  ilimitadamente a todo. Es un buen momento para llenarlos de ternura, confianza, alegría, sonrisa, comprensión... Hoy día  a través de fuentes no muy recomendables les llega demasiada información precisamente no adecuada.
El tiempo de la vida del  adulto ha de encontrar “tiempos” a lo largo del día para dedicar tiempo al niño, poder darle la atención que necesita es básico para su crecimiento y desarrollo, tanto emocional, mental como cognitivo. El adulto debe transmitirle a través del juego, de la lectura, de los ejercicios matemáticos, del compartir… valores donde pueda refugiarse y encontrar su propia valoración. Al dedicarles tiempo se les escucha, se les conoce y se les puede orientar para que no dejen de sentirse seguros, dispuestos a poder afrontar los conflictos que puedan sucederle a lo largo de su crecimiento.


Nunca es bastante lo que entre todos podemos aportar al desarrollo evolutivo del niño, del ser que se debe descubrir y sentir su camino con claridad y autoestima.
Siempre es nuevo el aprendizaje con ellos, siempre es enriquecedor y agradecido. Desde luego que puede desmontar tu ritmo, desorganizar tu tiempo, movilizar tu estructura diaria, aportar cansancio físico… pero todo se desvanece al detenerte y recordar sus gestos, palabras, entrega, sus dibujos y colores. Merece la pena para que el adulto no deje en el olvido su niño interior y siga también creyendo en él y en la vida, mejor ejemplo no se les puede dar a los niños.

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